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Curso de inicación a la Micología

 

Primeros pasos
Estudio de campo
Estudio de laboratorio
La conservación en herbario

 

Consejos para el aficionado
Bibliografía

CÓMO IDENTIFICAR UNA SETA:

La mayoría de los seteros y aficionados tan sólo reconocen unas pocas setas comestibles -incluso alguna tóxica-, que de pequeños han aprendido a identificar con la ayuda de sus padres o abuelos, en aquellos lugares con tradición micofílica, o bien que han visto recoger a lugareños o venderse en los mercados. Para muchos, estos conocimientos no pasarán de aquí, pero para unos pocos se producirá, por diversas causas, un paso hacia adelante. Atravesando este linde, dejarán la categoría de seteros per entrar en el maravilloso mundo de la Micología.

Lo que sí hemos de tener claro es que, para dar este paso y llegar a identificar correctamente una seta, necesitaremos de una metodología, que seguidamente propondremos, y de una bibliografía especializada que nos ayude en su determinación. Si bien algunas veces necesitaremos hacer un examen microscópico para llegar a nivel de especie, en otras muchas ocasiones será suficiente un examen macroscópico, previa consulta de las descripciones que figuren en los libros.

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EL ESTUDIO DE CAMPO
 
EL EQUIPO: Pese a que cada micólogo tiene su particular método de recolección, es recomendable utilizar uno, que puede ser el siguiente. Necesitaremos llevar uno o más contenedores, divididos en diversos compartimentos de diferentes tamaños, con el fin de poder guardar las recolecciones separadas unas de otras. Así impediremos que se estropeen las setas y se contaminen de esporas. No utilizaremos nunca bolsas de plástico. También podemos usar los tradicionales cestos -mejor que sean de fondo plano- siempre que separemos las setas, envolviéndolas en papel de periódico o de aluminio. Utilizaremos un cuchillo o navaja plegable y de hoja reforzada para poder extraer las setas en su totalidad, ya que cuando son para estudiarlas, han de extraerse enteras, al revés de lo que se recomienda cuando se cogen para usos culinarios, que han de cortarse por la base del pie, para no dañar el micelio. También es indispensable llevar una lupa -del tipo "cuentahilos"- de 10-15 aumentos, para poder efectuar un primer examen. Y finalmente, un pequeño bloc de notas o cuaderno de campo, donde apuntaremos los diferentes datos de recolección de cada grupo de ejemplares.

 

LA RECOLECCIÓN: En general, las setas tienen una vida muy efímera y en pocas horas envejecen y cambian de aspecto; por ello, es preciso coger ejemplares jóvenes y maduros -aunque no demasiado-, y guardarlos de inmediato en el contenedor para poder estudiar los diferentes estadios de crecimiento. Recomendamos coger tan sólo los ejemplares más representativos y que conserven la mayoría de sus caracteres (anillo, ornamentación, volva, etc.). Ha de evitarse el salir al campo a buscar setas para su estudio tras las lluvias, ya que pueden hallarse descoloridas o, contrariamente, demasiado coloreadas al haber absorbido humedad, o también pueden haber perdido parte de la ornamentación, y confundirnos .
En el momento de coger una seta es importante anotar todas sus características más perecederas (color de les láminas de los jóvenes, presencia de cortinas, flocosidades, restos de velo, pruína, escamas, fibrillas, etc.), ya que, con la manipulación o el transporte, pueden desaparecer parcialmente estas características o modificarse.
También, como dijimos, es importante arrancar la seta entera y comprobar si tiene el pie radicante, si presenta cordones miceliares o si tiene una volva. Es fácil que estos caracteres se nos pasen por alto, si no hacemos la extracción con sumo cuidado.
Hemos de procurar, a ser posible, no recoger la totalidad de las setas de la misma especie que crezcan juntas y dejar algunas, preferiblemente las más viejas, para así preservar su reproducción. No hemos de coger demasiadas especies: probablemente no tendremos tiempo de estudiarlas todas y se nos estropearán. Para ralentizar su envejecimiento, pueden conservarse unos cuantos días en la nevera, dentro del recipiente donde las recolectamos, pero nunca congelarlas.
Fundamentales son los caracteres organolépticos (color, olor, sabor y textura de la carne), que habremos de anotar con precisión. Tomaremos nota del color de las diferentes partes de la seta -incluido el de su carne- en el momento de la recolección, ya que, con el tiempo o la manipulación, pueden variar significativamente. Sobre todo miraremos el color de las láminas de los ejemplares más jóvenes, ya que al madurar también pueden cambiar de color.
Seguidamente comprobaremos el olor de la carne (de fruta, de pimienta, de harina, de rábano, de cacao, de anís, de tierra mojada, de moho, fétida, etc.), y probaremos un trocito, escupiéndolo a continuación -esta operación no representa ningún peligro aunque la seta sea tóxica-, anotando su sabor (dulce, amargo, picante, harinoso, ácido, etc.).
La textura de la carne es importante, ya que puede alterarse al envejecer los ejemplares. Apuntaremos su textura (dura, fibrosa, elástica, suberosa, coriácea, esponjosa, etc.). También comprobaremos si exsuda látex y registraremos su color inicial, comprobando al cabo de unos minutos si ha cambiado de color.
Siempre es importante tomar nota de les características del hábitat donde nos hallemos, del tipo de bosque (encinar, alcornocal, hayedo, pinar, etc.), y de las diferentes plantas que vivan en su sotobosque. También puede ser muy útil conocer su orientación, altitud, tipo de suelo (calcáreo, silicio, pedregoso, arcilloso, etc.), si es seco o húmedo, el tipo de substrato donde se hallen las setas (sobre madera, en el suelo, en un árbol vivo, entre musgos, entre la hojarasca, etc.). También ha de anotarse la manera en que crezcan las setas (aisladas, en grupos, fasciculadas, en círculos, en línea, etc.), así como su abundancia.
Para finalizar, deberemos apuntar el lugar o la situación geográfica donde nos hallemos.

 

LA FOTOGRAFÍA: En la micología actual es prácticamente imprescindible, como documento complementario de la ficha descriptiva de la seta, una buena fotografía de los ejemplares recolectados. En la fotografía micológica es prioritario, incluso más que la calidad artística, el poder mostrar con toda claridad los rasgos distintivos más importantes de la especie. El conseguir los dos objetivos a la vez, es un difícil reto que todo micólogo desea obtener.
Esta especialidad fotográfica puede practicarse tanto en el bosque como en casa. Si escogemos hacerla en casa, pondremos unos cuantos ejemplares -los más representativos- sobre una cartulina de colores neutros. Los dispondremos de manera que se aprecien todas sus partes: un ejemplar cortado por la mitad para ver la carne, la estructura interna de la seta, la silueta y los posibles cambios de coloración; uno sin pie donde se vea la superficie del sombrero; otro donde resalte el himenio; y alguno muy joven donde se vea la forma inicial. La iluminación puede ser tanto natural (siempre difusa, nunca directa) como artificial (flash), mejor ayudados de pantallas reflectoras para eliminar las sombras y poder controlar mejor la luz.
La fotografía en el campo -método que personalmente preferimos-, la haremos en el propio hábitat donde hemos hallado las setas, o si las condiciones de iluminación nos lo permiten, en uno similar. Pondremos las setas procurando que se aprecien todas sus características externas, dentro del marco donde las hemos encontrado, intentando ponerlas de la manera más estética y natural posible. Para fijarlas al substrato, utilizaremos agujas o palillos, que llevaremos en un estuche junto con unas pinzas y un nebulizador de agua, para darles un toque de frescor, si es preciso.
El equipo fotográfico que os aconsejamos es el siguiente: una mochila provista de una máquina fotográfica del tipo reflex con objetivo macro de 50 o 60 mm; unos anillos de aproximación para fotografiar las especies más pequeñas; un trípode corto y estable, a fin de poder trabajar lo más cerca posible del suelo con seguridad; un cable disparador; reflectores; y una alfombrilla para apoyar las rodillas.
Los mejores resultados se obtienen utilizando película de 100 ASA para diapositivas, diafragmada entre 11 y 32, y expuesta a velocidades comprendidas entre 1/15" y 4". Si optamos por la fotografía digital, deberemos usar el formato RAW o, si no es posible, el formato JPEG de mayor resolución que nos permita nuestra cámara. Hemos de procurar hacer las fotografías en lugares bien iluminados, evitando siempre la incidencia directa del sol.

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EL ESTUDIO DE LABORATORIO
LA ESPORADA: : Está constituida por una masa formada por las esporas que suelta o libera el himenio y tiene una coloración determinada, muy útil para determinar correctamente cualquier seta. El color de la esporada pude variar desde el blanco hasta el negro, pasando por diversos colores (crema, amarillo, ocre, marrón, verde, rosa, lila, etc.). Una vez lleguemos a casa, cogeremos un ejemplar, ni muy joven ni muy maduro, le cortaremos el pie bajo las láminas y lo colocaremos con el himenio hacia abajo sobre un papel blanco o un trozo de cristal o portaobjetos. Luego lo pondremos dentro de un recipiente cerrado, junto con un vaso lleno de agua, para evitar la deshidratación de la seta y favorecer la esporulación. Al cabo de unas horas o al día siguiente, ya se habrá depositado la esporada.

EL EXAMEN MACROSCÓPICO: Antes de hacer un estudio macroscópico, habremos de conocer bien las diferentes partes de una seta y su nomenclatura. En el estudio de una seta usaremos una ficha, para anotar los diferentes caracteres observados y hacer una descripción macroscópica, que posteriormente archivaremos para poderla consultar en cualquier momento, pues una vez estudiada la seta y desecada, se perderán la mayoría de los caracteres macroscópicos. Una seta (esporóforo o carpóforo) suele estar constituida por un sombrero (píleo) y por un pie (estípite), en algunos casos, le pueden faltar uno o ambos elementos. El sombrero lleva la parte fértil (himenio), la cual en los ascomicetes se halla recubriendo la parte superior y en los basidiomicetes la inferior. Todos estos elementos pueden tener diversas formas, coloraciones y ornamentaciones, y su estudio es imprescindible para la correcta determinación de una seta.

Tipos de esporóforos

Las setas, científicamente llamadas esporóforos o carpóforos, pueden tener formas muy diversas y podemos agruparlas en dos grandes grupos: los ASCOMICETES y los BASIDIOMICETES.
Casi todos los hongos del grupo de los ascomicetes que forman setas pertenecen al orden de los Discomicetales. Las setas más primitivas tienen una estructura simple en forma de copa (apotecio), por ejemplo una Peziza, la cual puede ser sésil o estar encima de un pie. Al evolucionar, puede haberse replegado o formado alvéolos hasta llegar a una estructura más compleja, por ejemplo la de una colmenilla o una trufa.
Los hongos del grupo de los basidiomicetes forman setas constituidas generalmente por un sombreo, en forma de plato invertido, y por un pie, que lo eleva. Esta estructura, la más habitual, puede variar al faltar alguno de estos elementos, y presentar otras formas. Igualmente el himenio puede tener configuraciones muy diversas (ser liso, estar formado por láminas, por tubos, tener pliegues, agujas, etc.). La combinación de todos estos elementos, nos da una enorme diversidad de esporóforos en los basidiomicetes.

El sombrero

El estudio macroscópico de una seta, una vez examinada su forma, puede empezar por el sombrero. De este elemento anotaremos su medida, su forma en los diferentes estadios de crecimiento, y su margen. Seguidamente, estudiaremos la cutícula y comprobaremos sus características (si es separable o no, si es seca, mate, brillante o brillante, sedosa, lubrificada, viscosa, glutinosa, higrófana, etc.) y si presenta alguna ornamentación. También anotaremos su color y si este cambia al ser tocado.

El himenio

Seguidamente estudiaremos el himenio y sus elementos (láminas, poros, agujas, pliegues, rugosidades, ser liso, etc.): comprobaremos su consistencia y densidad, su forma, la disposición respecto al pie, su color en los diferentes estadios de maduración, y las posibles variaciones que pueda presentar (delicuescencia, etc.).

El pie

El pie es un elemento muy importante, que nos dará una información muy valiosa para la identificación de la seta. Anotaremos sus medidas, su forma, la inserción respecto al sombrero, si lleva algún resto de velo (cortina, anillo, volva), la decoración, la consistencia, el color y si este cambia al tocarse.

La carne

Igualmente básico para llegar a identificar una seta, es el estudio de la carne y de todos sus caracteres organolépticos (textura, color, olor y sabor). Muchos de estos caracteres, ya los habremos visto en el primer estudio de campo. También comprobaremos la reacción de la carne en contacto con diversos reactivos químicos. Si reacciona y cambia de color tendremos una reacción positiva, si no cambia de color tendremos una reacción negativa.

Los reactivos macroquímicos

En el estudio de las setas a menudo se utilizan una serie de reactivos que, puestos en contacto con la carne, provocan un cambio de color, muy útil para la determinación de algunas especies. Los más utilizados son el amoníaco (puro o poco diluido), la sosa (NaOH) o la potasa (KOH) al 10%, el sulfato de hierro (SO4Fe) al 10%, al 10%, el fenol al 3%, la tintura de guayaco, el formol, la tintura de yodo, etc.

EL EXAMEN MICROSCÓPICO: A diferencia de los botánicos, que como mucho necesitan una lupa para identificar una planta, los micólogos, para estudiar las setas, además necesitan utilizar el microscopio, ya que no es suficiente con el estudio de los caracteres que se ven a simple vista o bajo la lupa, teniendo en cuenta la extrema variabilidad que presentan dichos caracteres.
Debido precisamente a este estudio microscópico - poco habitual en los inicios de la ciencia de la micología - muchas setas sufren continuamente cambios de sus nombres científicos, ya que, después de un cuidadoso estudio microscópico, van descubriéndose diferentes características que cambian su concepción original (por ejemplo, el cambio de género o de familia de algunas especies e incluso de su propio nombre). Muchos géneros sólo pueden estudiarse a través de su microscopía (Conocybe, Inocybe, Mycena, etc.) mientras que en otros casi no es necesario (Amanita, Boletus, etc.). Por otro lado, el uso del microscopio es imprescindible para poder efectuar posteriores estudios del material guardado en el herbario.

Principales caracteres microscópicos

Los más importantes y más estudiados son los que se encuentran en el himenio de las setas y, según se trate de un Ascomicete o de un Basidiomicete, tienen una forma diferente.
En los Ascomicetes el himenio está formado por unos elementos fértiles con forma de saco, llamados ascas, las cuales generalmente contienen 8 esporas (ascosporas), y por unos elementos estériles que las separan, llamadas paráfisis. En los Basidiomicetes el himenio está formado por unos elementos fértiles con forma de porra, los basidios, los cuales suelen llevar 4 esporas (basidiosporas) encima de una especie de pie, el esterigma; y por unos elementos estériles, llamados cistidios.
El estudio detallado de estos elementos, así como de las hifas y otros, es muy complejo.
Para hacerse una idea de las dimensiones de estos elementos, habéis de saber que, por ejemplo, las esporas de los basidiomicetes van desde las 3 a las 25 milésimas de milímetro (µm), y que, como mucho, en los ascomicetes pueden llegar hasta unas 200 µm.
De todos estos elementos, los micólogos estudian su disposición, su forma, su ornamentación, las reacciones químicas que puedan presentar, etc.

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Conservación en Herbario

Una vez finalizada la identificación de la seta, es preciso conservarla y guardarla en un herbario (micoteca) para poder efectuar posteriores revisiones. Lo primero que hemos de hacer es deshidratarlas para fijar los elementos microscópicos y así evitar que se deterioren (exsiccatum). El método ideal para deshidratar una seta es por medio de una corriente de aire caliente -no superior a los 40°C- que las deshidrate rápidamente sin afectar a su estructura. Los ejemplares pequeños los secaremos enteros y los más grandes, los cortaremos en dos o más partes. Una vez desecadas, las colocaremos en el interior de una bolsa de plástico -lo más hermética posible- junto con un desinsectante (cámfor, paradiclorobenzeno, etc.), las etiquetaremos -poniendo los diferentes datos de recolección- y las numeraremos. Ya estará lista para ponerla en el herbario y poder efectuar posteriores estudios, previa rehidratación.
Siguiendo el sistema que se ha propuesto, posiblemente podréis identificar una seta desconocida, pero a menudo los resultados serán negativos. Esto no ha de desmoralizaros, es en estos tropezones donde encontrareis los alicientes más interesantes de la micología. Pensad que continuamente se están publicando descripciones de especies nuevas, y que la micología es una ciencia joven y en continua evolución.

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Consejos para el aficionado a las setas
  • Hemos de ser conscientes que el bosque es un ecosistema complejo y que nuestra actuación al coger setas, puede estropearlo si no toman precauciones como la de no rascar el suelo o el mantillo vegetal con rastrillos u otras herramientas.

  • Hemos de cortar las setas por el pie con un cuchillo o navaja de hoja estrecha para no destruir el micelio, que es la parte subterránea de la seta.

  • Han de cogerse tan sólo las setas que nos sean bien conocidas, evitando destruir o pisotear las otras. Las setas son seres vivos y todas tienen su función en la naturaleza, incluso las más tóxicas o venenosas.

  • Recolectad sólo los ejemplares sanos y adultos. Los ejemplares viejos o podridos, que seguramente desecharemos al llegar a casa, pueden esporular en el bosque y contribuir al nacimiento de nuevas setas, o al menos servirán como alimento de otros seres vivos.

  • Por último, recordad que el mejor setero no es el que llega a casa con más cestas llenas, sino aquél que después de salir del bosque, no deja ningún resto o huella visible de su estancia.

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Bibliografía
BOLETS DE LES COMARQUES GIRONINES

Autores: Josep Mª Vidal, Miquel À. Pérez-De-Gregorio, Carles Ginès, Jordi Puigvert, Joaquim Carbó y Àngel Torrent.
Edita: CAIXA DE GIRONA (Colección "El Nostre Patrimoni").
Año: 1ª edición octubre de 1995. 2ª edición en 1996.
Contenido: 220 setas fotografiadas a todo color en su entorno natural, junto con su descripción, ecología, comestibilidad, toxicidad y nombres populares en las distintas comarcas gerundenses.

El libro tiene una primera parte, verdadero libro de texto para micólogos principiantes, que consta de: Presentación de "Caixa de Girona", un Prólogo a cargo de August Rocabruna (Vice-Presidente de la Societat Catalana de Micologia), Agradedimientos, Introducción, Breve historia de la Micologia en nuestras comarcas, Ciclo biológico de un hongo, Biología de los hongos, Cómo identificar una seta, El reino de los hongos, Las setas tóxicas, Las setas en la cocina gerundense, Otros aspectos de los hongos y de las setas de nuestras comarcas, Las setas en los diferentes estratos de vegetación, Hacia una protección de las setas y de su entorno y La interpretación de las fotografías y de los textos descriptivos.

La segunda parte consta de las fotografías y textos descriptivos de la 220 especies más representativas de nuestros bosques, divididas en los grandes apartados de Setas con láminas y Setas sin láminas. Para finalizar, hay un glosario, bibliografía, índice de especies y de nombres populares y un apéndice de nombres.

El libro está destinado primordialmente a seteros, pero es útil tanto para micólogos como para naturalistas en general. El trabajo más interesante fue el compendio de nombres populares, ya que sólo en las comarcas gerundenses fueron unos 450, cuando se creía que en todos los Països Catalans estaban alrededor de 400.

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Y además, recomendamos la siguiente bibliografía:

Nivel:
(1) Principiantes (2) Iniciados (3) Estudiosos  
Puntuación Personal:
Normal Bueno Muy Bueno Imprescindible
  • ALEXOPOULOS, C.J. (1985): Introducción a la micologia. Ed. Omega. Barcelona. Sin fotos. Libro de texto muy técnico.
    (3)

  • BON, M. (1988): Guía de campo de los hongos de Europa. Ed. Omega. Barcelona. Castellano. Dibujos.
    (2)

  • BREITENBACH, J. & F. KRÄNZLIN (1984-91): Champignons de Suisse (volúmens 1, 2, 3 y 4). Ed. Mykologia. Lucerne. Francés (también existe en inglés y alemán). Fotos y microscopía. Uno de los mejores, aunque un poco caro.
    (2)

  • CETTO, B. (1970-1993). I Funghi dal vero. Tomos I al VII. ¡¡3.042 hongos fotografiados!!! Los 4 primeros tomos los editó Omega en castellano. Toda la colección se puede encontrar en italiano. Del 1 al 4 también en alemán. Libros "clásicos" conocidos popularmente como los "cettos". Algunos errores y fotos malas, pero también algunas de excelentes. Se dice que el que no se encuentra en el "cetto" es que es rarísimo.
    (1, 2 y 3, según tomos)

  • COURTECUISSE, R. & B. DUHEM (1994): Guide des champignons de France et d'Europe. Ed. Delachaux et Niestlé. Lausanne. Francés (el que está más al dia). Dibujos. Existe una versión en castellano editada por Omega
    (2)

  • FERICGLA, J.M. (1994): El Hongo y la Génesis de las Culturas. Los libros de la liebre de marzo S.L. Barcelona. El original se escribió en catalán. Es un libro de etnomicología o antropología micológica.
    (1)

  • GARCIA ROLLAN, M. (1990): Setas venenosas: intoxicaciones y prevención. Ministerio de Sanidad y Consumo. Madrid. Castellano.
    (2)

  • ENCICLOPÈDIA CATALANA (1991): Història Natural dels Països Catalans. Vol. 5. Fongs i líquens. Barcelona. Catalán.
    (3)

  • JÜLICH, W. (1989): Guida alla determinazione dei funghi. Vol 2. Aphyllophorales, Heterobasidiomycetes, Gastromycetes. Ed. Saturnia. Trento. Italiano (libro de claves dicotómicas, sin fotos).
    (3)

  • KÜNHER, R. & H. ROMAGNESI (1953): Flore analytique des champignons supérieurs. Masson et Cie. París. Francés (libro de claves dicotómicas, sin fotos).
    (3)

  • MARCHAND, A. (1971-86): Champignons du Nord et du Midi. vols. 1-9. Societé Mycologique des Pyrenées Mediterranéennes. Perpinyà. Francés (Otro de los mejores y tembién caro).
    (2)

  • MENDAZA, R. & G. DIAZ MONTOYA (1987): Las setas. Iberduero. Sondika. Castellano (creo que también hay alguna edición en euskera).
    (1)

  • MORENO, G., J.L. GARCIA MANJON & A. ZUGAZA (1986): La guía Incafo de los hongos de la Península Ibérica. Vols. 1 y 2. Ed. Incafo. Madrid. Castellano.
    (2)

  • MOSER, M. (1986): Guida alla determinazione dei funghi. Vol. 1. Polyporales, Boletales, Agaricales, Russulales. Ed. Saturnia. Trento. Italiano.
    (3)

  • MÜLLER, E. & W. LOEFFLER (1976): Micología. Ed. Omega. Barcelona.Castellano.
    (3)

  • PACIONI, G. (1982): Guía de hongos. Ed. Grijalbo. Barcelona. Castellano.
    (1)

  • PHILLIPS, R. (1981): Les champignons. Éd. Solar. En francés (también existe en inglés).
    (2)

  • SOCIETAT CATALANA DE MICOLOGIA (1982-2006): Bolets de Catalunya. Colecciones de 50 láminas por volumen. Vols.: I-XXV. Barcelona. Catalán y castellano (en total 1250 especies). Hay bastantes fotos realizadas por miembros de la Associació Micològica Joaquim Codina.
    (1, 2 y 3, según los volúmenes)

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